
Apolo y Dafne
Salí a la vida y lloré.
Sentí una caricia y me calmé.
Crecí en la calle y aprendí.
De la belleza y la música me entusiasmé.
Con las miserias de la vida me decepcioné.
De la mirada del que pide me pregunté.
Del sufrimiento no se que hacer.
Oí la música de tu voz y la escuché.
Sentí tus senos y estremecí.
Dejaste tu puerta entornada y entré.
La vereda que marcaban recorrí.
El tiempo pasaba y le acompañé.
Los amigos se fueron y recé.
El frío del invierno soporté.
Sin darme cuenta, sin darme cuenta.
Sin darme cuenta, me iré.
Chema Menéndez