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Justo Sotelo |
Un 28 de enero de 1985 la música y la solidaridad escribieron una página inolvidable en la historia. Michael Jackson, Lionel Richie, Tina Turner, Bruce Springsteen y Bob Dylan, entre otros, se reunieron en los estudios A&M de Los Ángeles para grabar "We Are the World". Cuarenta años después, de manera más modesta, mis amigos y yo nos reunimos en nuestra tertulia virtual para hablar del mundo actual y de su futuro, que gira en torno a la Inteligencia Artificial, IA. Gracias a Zoom y a las palabras del catedrático de literatura
German Gullon, que vive en Amsterdam, ayer por la tarde los tertulianos estuvimos en los Países Bajos, Italia, México, Francia, Alemania y por supuesto España (Tenerife, Sevilla, Málaga, Zaragoza y Madrid). En los años 80 el mundo miraba con horror las imágenes provenientes de Etiopía y otras regiones de África, donde millones de personas sufrían los estragos de una terrible hambruna. La canción, escrita por Michael Jackson y Lionel Richie, producida Quincy Jones, se convirtió en un himno que trascendió fronteras. "Deja tu ego en la puerta", rezaba el cartel colocado en el estudio aquella noche. Ayer Germán nos habló del libro "Autocracia", de Anne Applebaum, y a partir de ello tuvimos una apasionante y apasionada tertuliana donde intervinimos todos (Mariola Satorre, Javier Del Prado Biezma, Almudena Mestre, Miguel Ángel Yusta, Javier Pérez Bazo PB, María Victoria Huertas, Pilar S. Tarduchy, Oskar Rodrigañez, Mercedes, Chema Menéndez, Francisca Arias, Antonio Banus, Françoise Mascaraque, Mariwan Shall, Presina Pereiro, Rosa Vidal Vicen, Miguel Ángel Martínez, José Antonio Sánchez-cid, Peter Redwhite, Eduardo Larrocha, Isabel Fernández Bernaldo de Quirós y hasta mi hijo, a pesar de que estaba a otras cosas), para hablar del mundo en estos tiempos, atravesado por la Cuarta Revolución Industrial y un renacimiento de los anacrónicos populismos que no sabemos bien hacia dónde nos conducen, pero convencidos de que el pensamiento y la conciencia críticas, la educación desde la escuela y la solidaridad son las que darán sentido, por encima de todo, al bienestar, la paz y la belleza en el mundo.
Os invito a todos a que cantemos, juntos, esta canción:
https://www.youtube.com/watch?v=499GB-HJcbc
Chema MenéndezQue interesante fue esta tertulia. Importantes las intervenciones de los participantes alrededor del libro Autocracia S.A. presentado por German Gullon y coordinado por Justo Sotelo. El libro de Anne Applebaum describe un mundo en el que las autocracias colaboran para mantenerse en el poder promover su sistema de cualquier manera y perjudicar a las democracias. Es el mundo en que vivimos del que debemos despertar y darnos cuenta de que la solución la tendremos consiguiendo una Educación que nos lleve a un nivel intelectual en el que prepondere el Pensamiento critico de los ciudadanos.
¿Qué podemos hacer para fomentar el "pensamiento crítico" en el S.XXI en todos los sentidos, político, económico, cultural sin hacer peligrar el progreso del mundo democrático?
El martes por la tarde German Gullon nos presentó en la "Tertulia de Justo Sotelo" el libro "Autocracia S.A." escrito por Anne Applebaum, ganadora del Premio Pulitzer 2004 y del Premio de la Paz de los Libreros Alemanes 2024. En este libro, la autora analiza cómo los regímenes autoritarios modernos han creado redes transnacionales para desafiar la democracia. A través de casos reales y contemporáneos, Applebaum demuestra que no hay un único líder al frente de estas dictaduras, sino redes sofisticadas compuestas por estructuras financieras cleptocráticas, dudosos servicios de seguridad y propagandistas profesionales. Estas redes no solo operan dentro de un país, sino que también se conectan con sus homólogas en otros territorios. El libro también aborda cómo estas autocracias utilizan la propaganda y la desinformación para difundir mensajes que debilitan la democracia y promueven la corrupción. Applebaum menciona figuras como Trump y Putin como ejemplos de autócratas modernos. La autora acude a sitios fiables para tomar la información y más concretamente los datos que presenta en su libro.
En junio 2024, German Gullon publicó un ensayo titulado "España, juguete del oportunismo" en el que Gullón ofrece una valiente crítica de la política en la España actual. Además, presenta una propuesta original para utilizar la cultura como un freno al frentismo político. El ensayo es un reflejo de su compromiso con la integridad de la cultura literaria española y su deseo de influir positivamente en la sociedad a través de la literatura y la crítica. A raíz de la magnífica, clara y concisa presentación de Germán Gullón, la tertulia giró alrededor del concepto del pensamiento crítico y cómo es posible desarrollarlo en pleno 2025. El mundo de las ideas centró el meollo de la cuestión. Lo importante es hacernos cosmopolitas, desarrollar un pensamiento y conciencia que hasta la fecha de hoy la Inteligencia Artificial todavía no puede hacer y entrar, por último, en un estado de ánimo crítico como nos comentó Gullón.
No podemos frenar los avances científicos y técnicos del XXI; la Inteligencia Artificial invade el mundo. La propia IA puede crear inteligencia artificial; la IA es capaz de imaginar cosas nuevas y se maneja por sí sola; llega a tener capacidades humanas y es un instrumento lingüístico muy potente.
Posiblemente si ayer hubiera estado en la tertulia un icono de la Inteligencia Artificial podría haber depurado la información de todas las conversaciones que se mantuvieron hasta incluso podría haber priorizado lo más importante de cada intervención y haber hecho un resumen. https://www.zoom.com/es/ai-assistant/ German Gullon nos recordó uno de los libros de IA más interesante del momento que está leyendo “Cointeligencia. Vivir y trabajar con la IA” de Ethan Mollick publicado por Conecta en 2024. Para fomentar el "pensamiento crítico" en nuestra sociedad cada tertuliano opinó y expuso sus reflexiones y comentarios a los demás con talento y mucha inteligencia. Personalmente creo y pienso que en el mundo globalizado en el que vivimos todo está interconectado y cada vez más. Eso supone un fenómeno que se fue extendiendo y profundizando a partir de la segunda mitad del siglo XX, y adquiere cada vez mayor fuerza. Por ejemplo: las redes sociales, los tratados de libre comercio, las compras por Internet. Lo importante es defender cada uno desde donde pueda y desde el nivel al cual tenga acceso, que la educación se transmite a través de las ideas para abordar el conocimiento y para incitar el pensamiento y al espíritu crítico. En la educación se debería incidir en la reflexión, la comunicación, el juicio y el análisis de la realidad que acontece y de los hechos que suceden en nuestro mundo fomentando los valores y la cultura en general.
Ayer por la tarde se hablaron y debatieron cuestiones y temas muy importante en una tertulia interconectada en casi 25 tertulianos de todas las partes del mundo. Una simple ventanita nos unió durante casi 2 horas para ampliar y debatir el concepto de la intelectualidad en el XXI y el cambio que supuso con respecto siglos anteriores, el compromiso del intelectual, las redes sociales, la crítica literaria, el bienestar social, las democracias vs. autocracias, los medios de comunicación, la educación en nuestro país y cómo no, el poder que rige el mundo en pleno siglo XXI. Gracias Justo Sotelo por hacer posible estas tertulias tan maravillosas e interesantes desde hace años y por tus reflexiones sólidas; gracias German Gullon por tu presentación del libro y la propuesta de vías diferentes para abordar la situación del XXI que acontece en el mundo entero; gracias por vuestras ideas, reflexiones, comentarios queridos tertulianos Javier Del Prado Biezma, Antonio Banus, Eduardo Larrocha Carbajo, Mirta Amanda Barbonetti, Javier PB, Francisca Arias Tovar, Mariola Satorre, Mercedes, Chema Menéndez,etc. y gracias a los aquellos que escucharon a los demás y prestaron la atención que merecía el debate de la tertulia virtual de ayer. Un beso a cada uno.
German GullonComo siempre estupendo tu resumen y propuestas. Un breve apunte: la conciencia crítica sólo puede crearse quitando al yo de delante. Cerrándole el paso a todas las ideas que te llegan a la mente, que suelen ser dictadas por el yo, un deseo de identificarte como un ser singular. Probar tras la lectura de un texto, dejando por un momento que las ideas reposen, entonces podemos buscar un momento de calma, sin ideas, y allí asomará la conciencia. Galdós describió maravillosamente ese estadio en La desheredada, una de las mejores novelas europeas de su tiempo.
La tertulia del martes pasado: la conciencia de la conciencia.
La intensa tertulia de ayer la abrió el invitado German Gullon sobre la autocracia y populismo, y su peligroso camino de hacer temblar a los pilares del mundo democrático. Aquí solo intento hablar de un aspecto del asunto que hable en la tertulia: la ausencia del intelectual público y del espíritu libre.
Primero tenemos que empezar por esta pregunta: ¿Qué ha pasado para que el gran intelectual, ese personaje totémico que, con razón o sin ella, dominaba el debate público y, en cierta medida, marcaba sus temas, haya ido perdiendo relevancia? O ¿por qué su figura ha vivido un declive en las últimas décadas? Hoy parece claro que son otros, los economistas propagandistas, los gurús de internet, reseñistas de las redes sociales, celebridades televisivas sin méritos, quienes consiguen llamar más la atención y establecer los temas de conversación.
La pedagogía que formaba al hombre con lo escrito se ha sustituido por otra en la que impera la voz del mercado y del dinero. Y los "nuevos educadores" han dejado ya su huella en los hombres de hoy día.
Los políticos, los medios de comunicación, los tertulianos, se han convertido en gente que solo habla de cuestiones técnicas, de datos. Que el experto se haya vuelto imprescindible, es fruto de la idea totalitaria de la política actual.
Los intelectuales que han cambiado nuestra visión del mundo, como Camus, Russell, Popper, y los grandes espíritus libres que seguimos respetando, no hablaban de aspectos técnicos, hablaban de aspectos morales, filosóficos, incluso artísticos o literarios. Era gente de lo que antes se llamaba “del espíritu”, no de la materia.
Cuando hablo de un auténtico intelectual de otra época, no me refiero al que tenía una extraña serenidad que inundada su rostro, ni al que en sus ojos asoma a la Paz de un sueño alcanzado o un amanecer definitivo como lo era Asís. Más bien me refiero a la mente desinteresada que va más allá de los intereses materiales, que confía en algo más grande que nuestra tendencia a controlarlo todo,
El héroe de su propio destino, la sensibilidad de creación de sí y el descubrimiento de una nueva compresión con la sociedad, aquél que en el principio desinteresado de los problemas de su tiempo, más preocupado por la salvación personal, y más tarde cuando regresa, descubre que la salvación para él se encuentra en el compromiso con la colectividad. Así, no es la política lo que le interesa, sino las cuestiones suscitadas por ella para alcanzar algo más importante: la libertad. Tener voluntad para interiorizar su mirada en una sociedad donde todas las miradas se dirijan hacia el exterior.
Su transformación pasa por recuperar la esencia, la fe en el ser humano. No busca la soledad, sino cambiar de aires, romper con la hipocresía y encontrarse así mismo, recuperar esa humanidad que hemos dado por perdida, y que no encontramos en los libros que hemos leído, palabras escritas que se le antojan como papel muerto, insignificante.
Más que intelectuales, eran esos individuos que dijeron basta, y reivindicaron la frescura de la realidad abierta ante ellos para empezar a reflexionar sin necesidad de recurrir a ideas, y buscaron más allá del muro de los teóricos el sentido de la vida y del ser humano.
El heroísmo del espíritu libre aparece como una oposición del hombre libre contra otras “morales heroicas” predicadas por discursos populistas.
Repito lo que dije hace mucho tiempo por aquí:
Todos vamos por la misma dirección, y si nos gusta una idea que no está de moda entre los cultos, la ignoramos y la ocultamos. Y si no estamos de acuerdo con la protesta que aúna a millones, no importa, nos incluimos en ella. Nos estamos deshaciendo en la multitud, lo cual hace al individuo completamente irresponsable, a la vez que se aleja de sus conclusiones propias, es decir, de sus singularidades, para volver a lo general..
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