miércoles, 3 de febrero de 2016

AL ENCUENTRO DE MIS RAICES


Muchos años llevo caminando al encuentro de mis raíces y cada año que pasa más me alejo de ellas pero siento que en mis genes están y me persiguen

Hace más de sesenta años conocí a mi bisabuela, la abuela de mi madre, la recuerdo envuelta su cabeza con un pañuelo negro, ojos negros, graves y profundos, como su voz que a mí con poco más de cinco años me amedrentaba porque parecía que saliera de una caverna, ella entonces era centenaria. Aquellos años 50 la vida en los campos asturianos eran de siembra y recogida para comer y de criar ganado y matanza para subsistir.

Mi padre, mi abuelo y sus antecesores eran ganaderos y conocidos por los auteiros, apodo que tenía que ver con una importante marca de ganadería y así de alguna manera hacían valer el origen medieval del apellido Menéndez de origen patronímico, derivado del nombre del padre del progenitor de esta familia. El origen del apellido viene de los tiempos de los visigodos del disminutívo Menendo, derivado del nombre de pila Ermendo, o sea el godo Hermenegildo que viene de Airmaganil, formado por “airmana” que significa “ganado mayor (bovino y caballar) y “gilos” que significa “valor”. Contribuyó a la popularidad de este apellido la figura de San Hermenegildo, santo que vivió durante el siglo VI.
Por otra parte la terminación “ez” significaba ¨hijo de”. Por lo tanto la traducción exacta de este apellido equivale a “ Hijo de Hermenegildo” o  “hijo del que vale por su ganado”.
Hubo familias nobles con este apellido en Avilés, Gijón y Oviedo, todas ellas ciudades de la región Asturiana.

Y hasta aquí pude llegar con la recogida de información así que seguiré en el camino, contemplando en recuerdo de mis antepasados la tabla en la que pinté la heráldica del apellido y tomando otra acepción al termino de la palabra que a ellos les dignificaba, espero que con mi labor sus cariños me haya ganado.