Reconozco mi pasión por el futbol. En mis años juveniles jugar al futbol fue una forma de encontrarme con la amistad del resto de compañeros de equipo, con el beneficio del deporte y el esfuerzo físico y también con su compatibilidad con el estudio.
En el correr de los años también me abracé a la pintura, la poesía,la música y la literatura.
Es verdad que la anécdota futbolística ha recorrido estos días el mundo con memes,chistes y parodias pero no me resisto a compartir este ilustrado poema cuyo autor es mi virtual y querido amigo Javier Del Prado Biezma Doctor en Filología y Catedrático de Universidad.
En el correr de los años también me abracé a la pintura, la poesía,la música y la literatura.
Es verdad que la anécdota futbolística ha recorrido estos días el mundo con memes,chistes y parodias pero no me resisto a compartir este ilustrado poema cuyo autor es mi virtual y querido amigo Javier Del Prado Biezma Doctor en Filología y Catedrático de Universidad.
Me gustaría escribir un poema
tan bello como ese gol de Ronaldo.
Ese instante de vuelo,
esa suspensión imposible
de arcángel, un instante
fuera de la gravedad
y esa pierna que tensa su arco,
certera, nítida y salvaje
y percute, precisa,
en el balón.
.,. - Cuerpo de escorzo
dibujado en perfiles sucesivos:
la pincelada en serie de Boccioni
por el lienzo del césped.
Sale el balón como un astro
ausente de parábola.
Atraviesa el espacio entre atónitos
ojos que a penas pueden
seguirlo, y se queda
preso en esa red
que soñó Mallarmé - la red
del cazador de versos o de estrellas.
Un poema bello como ese gol
correría de boca
en boca por las calles,
sería, en las mañanas de lluvia,
al fondo del café,
cuál trofeo en la barra
llena de vasos humeantes
el poema que todos leerían;
incluso sin leerlo
lo irían repitiendo de memoria
oficinistas, chicos
de los recados, chicas
que se pintan los labios
cada vez que le dan, sólo en deseo
un beso imaginario al ángel de sus sueños.
Un poema bello como ese gol
sería eterno:
tal vez apareciera,
con el pasar del tiempo y de las guerras,
en el museo de las mentes que no viven
sino en palabra y música,
junto al Discóbolo, junto
al Gladiador herido,
manco glorioso de alguno de sus versos.
JAVIER DEL PRADO BIEDMAJavier Del Prado Biezma
tan bello como ese gol de Ronaldo.
Ese instante de vuelo,
esa suspensión imposible
de arcángel, un instante
fuera de la gravedad
y esa pierna que tensa su arco,
certera, nítida y salvaje
y percute, precisa,
en el balón.
.,. - Cuerpo de escorzo
dibujado en perfiles sucesivos:
la pincelada en serie de Boccioni
por el lienzo del césped.
Sale el balón como un astro
ausente de parábola.
Atraviesa el espacio entre atónitos
ojos que a penas pueden
seguirlo, y se queda
preso en esa red
que soñó Mallarmé - la red
del cazador de versos o de estrellas.
Un poema bello como ese gol
correría de boca
en boca por las calles,
sería, en las mañanas de lluvia,
al fondo del café,
cuál trofeo en la barra
llena de vasos humeantes
el poema que todos leerían;
incluso sin leerlo
lo irían repitiendo de memoria
oficinistas, chicos
de los recados, chicas
que se pintan los labios
cada vez que le dan, sólo en deseo
un beso imaginario al ángel de sus sueños.
Un poema bello como ese gol
sería eterno:
tal vez apareciera,
con el pasar del tiempo y de las guerras,
en el museo de las mentes que no viven
sino en palabra y música,
junto al Discóbolo, junto
al Gladiador herido,
manco glorioso de alguno de sus versos.
JAVIER DEL PRADO BIEDMAJavier Del Prado Biezma
1. Aunque de niño y fuera de España yo me sentía del R. MADRID. con ocasión de este poema a mi me importa nada que Ronaldo fuera o no fuera del Madrid cuando metió ese gol, con una rovesciata celebrada en todo el mundo, por los amantes del futbol - no por algunos forofos...
2. De esta rovesciata (empleo el término italiano, que es el que me aprendí de niño, por ser más significativo de los gestos y posturas que debe adoptar el cuerpo, en su esfuerzo atlético para llévarla a cabo) me interesa la visión de un cuerpo humano en la perfección de su forma y de sus formas, capaz de ofrecerme, en sí, una figura en vuelo capaz de transgredir la ley de la gra edad y de convertirse en escritura voladora; y de llevarme algunos ejemplos de la más bella escultura griega - al Discóbolo. en especial (que aparece aludido, como conclusión del poema.
3. De esta conclusión nace el impulso de escribir mi poema. Admiro la belleza del cuerpo humano - jugadores , atletas saltadores, corredores...Y si hay una literatura y una escultura clásica, de dominante apolínea y ligada en gran parte al mundo de as Olimpiadas ...yo podía participar de ese mundo de la belleza física trascendido en el esfuerzo calculado y conformado.
Ya describo, en un largo poema de El libro de las negaciones al nadador que hiendo el agua dejando tras si una estela de felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario